
La Facultad de Comunicación de Sevilla no sabe hacer muchas cosas (casi todas las cosas) pero tiene una capacidad extraordinaria para provocar indignación. De ello se encarga toda una rama de funcionarios cuidadosamente seleccionados que logran, día tras día, semana tras semana, año tras año, con una constancia de hormiguita digna de admiración, sacar de sus casillas a la persona más calma y difícilmente indignable del mundo (que, por por otra parte, no soy yo).
Nadie está a salvo: da igual que quieras irte (o estés) de Erasmus, haciendo tu matrícula, pidiendo información básica o tratando de averiguar quién es la persona a la que, según su cargo chorra, le toca atenderte. En primer lugar, no están. En segundo lugar, no es él, es otro (otro que no está). En tercer lugar, no saben. Y lo peor es que, las tres cosas, son ciertas. Los pobres no tienen capacidad ni para mentir.
Podría escribir un post kilométrico pero voy a contenerme porque es tarde y me supongo que usted cenará a las nueve.
En mayo, el que era responsable de Relaciones Internacionales (llamémosle, Croma -de "cromañón", lo entenderíais si viéseis su foto) decidió dimitir. Ya hacía casi 9 meses que había elegido el cargo, había cobrado todo lo que tenía que cobrar y el mejor momento para retirarse y no tener que llevar a cabo las aburridas funciones que le correspondían era ése, justo cuando empieza el papeleo Erasmus. En mi espléndida Facultad aceptan su dimisión y no lo sustituyen. Total, ¿para qué? Tenemos un decano (no me da la gana escribirlo con mayúscula) que, salvando las distancias, es como Sarkozy: todo lo quiere abarcar. El problema es que el pobre no tiene ni puñetera idea de cómo hacer nada, salvo retocarse la barba. Durante los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre no hay nadie que pueda firmar nada, que pueda solucionar nada, que sepa algo.
decano.
Secretario del decano.
Vicedecana de alumnos (dos).
Vicedecana de Innovación.
Vicedecana de Organización y Desarrollo Institucional.
Vicedecana de Relaciones Institucionales.
Vicedecano de Innovación Docente (este último es Croma, que se cambió a un puesto menos molesto y mucho más definido).
Imaginación para crear cargos vacíos con grandes sueldos no se les puede negar.
A mí, mi Facultad de Periodismo (en lo sucesivo, trataré de evitar el adjetivo posesivo "mi" junto a "facultad" porque me da vergüenza) me ha enviado a una Facultad de Ciencias Políticas en la que he tenido que quebrarme la cabeza para buscar asignaturas mínimamente parecidas (trabajo que, según la Universidad de Sevilla, no tendría que haber hecho yo sino Croma, el barbudo o vete tú a saber quién, pero el asunto Universidad de Sevilla da para otros veinte posts).
Desde que llegué a Francia he enviado trescientas veces el acuerdo de estudios (por correo, con papel y sellos, porque en el lugar donde todos los profesores hablan sin cansarse y sin variar el contenido- aunque varíe el año y el título de la asignatura- de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación no saben cómo manejar un fax) y he obtenido cero respuestas útiles y otras trescientas en la línea de la Facultad, es decir, indignantes. El vaso andaba ya desbordado desde hace meses, pero esta mañana han conseguido que el agua llegue hasta el Ródano cuando me han llamado para decirme que el acuerdo de estudios 301 no es válido, así lo ha decidido la "comisión" (momento en el que solté una sonora carcajada al imaginarme sentados alrededor de una mesa al Croma desperezándose cual orangután en la jaula, a la rubia secretaria del decano limándose las uñas, al querido Becario de Relaciones Internacionales leyendo el 20 Minutos mientras murmura "mmm, noséyodeso..." y al Ilustrísimo o Magnífico señor decano pegando palmas "no se preocupen ustedes que desto se encarga un servidor".
El motivo de que la Facultad haya decidido rumbosamente telefonearme a Francia y pagar una llamada internacional es el de decirme que hay otra asignatura más que no van a convalidarme (ya van cinco). La asignatura en cuestión se llama Técnicas y Procesos Audiovisuales. Queridos compañeros periodistas, ¿os suena de algo el programa?:
1. La información audiovisual. Elementos diferenciadores. Visión global de la información. Macrodiscurso-microdiscurso. Componentes expresivos y narrativos en los medios audiovisuales. Trabajo en equipo. Distintos componentes del equipo.
Pues bien, para los que no lo sepan, es la quinta vez que damos una asignatura como ésta en lo que llevamos de carrera. La capacidad para poner distintos títulos al mismo contenido creo que es exclusiva de este magnífico centro del saber en el que sobran muchas, muchísimas personas que se hacen llamar profesores y faltan profesionales con conocimientos, interés y vocación de enseñar que se merezcan sus sueldos. De eso te das cuenta cuando asistes aquí a clases y ves a profesores explicando con pasión, sabiendo de lo que hablan, haciendo callar a todos y motivando a unos alumnos que aplauden a mitad de los discursos. Y yo avergonzada de decir de dónde vengo y de que sepan que arrastro conmigo la educación que arrastro.
Mañana tendré que hablar de nuevo con la amable y competente señorita responsable de Relaciones Internacionales de mi Facultad de Lyon, Linda Rauzada, que, una vez más, no dará crédito a sus ojos ni a sus oídos, y yo sólo podré agachar la cabeza y seguir preguntándome si éste será siempre el sino de los españolitos.
El otro día, uno de los componentes de lo que es una auténtica comisión de alumnos extranjeros aquí en Lyon me preguntó si yo estaría dispuesta a explicar a los alumnos que el año que viene hacen sus estudios fuera del país cómo funciona la Universidad de mi ciudad.
Mejor que no lo haga. Mejor, mejor, mejor.