
Los precios no están hechos para el presupuesto de un estudiante, pero el teatro premia a los que prefieren no hacer planes que vayan más allá del presente inmediato. Si se llega a las taquillas diez minutos antes de que la obra comience, se podrá conseguir una entrada por sólo ocho euros. Si ya no hay localidades, se vuelve a intentar en otra tarde sin planes.
El caso es que si usted asiste a una obra de teatro, a la salida usted comentará, probablemente, si la historia le pareció más o menos creíble, más o menos bonita, más o menos rara, más o menos previsible, más o menos original, etc., etc. También es natural que usted se enzarce en una discusión sobre la calidad de los actores, si le hicieron meterse o no en la obra, si consiguieron emocionarle, si le parecieron novatos, experimentados, buenos, feos, malos, guapos…
Pero, ¿quién habla del escenario?, ¿con qué frecuencia piensa usted en el escenario? Y sin embargo, ¿su concepción no ha requerido tiempo?, ¿no se ha invertido en su realización mucho esfuerzo?
Los actores posiblemente se hallarían perdidos fuera de él… ¿Se hallarían perdidos los actores fuera de ese escenario? No, los actores pueden vivir fuera del escenario, por eso son actores; en caso contrario, serían personajes. Es cierto entonces, los personajes nacen en el escenario. Siguiendo el hilo, los personajes, fuera del escenario, no son. Pero, ¿es esto tanto así que se puede afirmar que a los personajes los hace el escenario? O peor, ¿El escenario hace a la obra de teatro?
¿El escenario hace a la obra?
Que es usted,
¿actor o personaje?
¿El escenario hace a la obra?
Que es usted,
¿actor o personaje?
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