"A vida é o que fazemos dela. As viagens são os viajantes. O que vemos, não é o que vemos, senão o que somos."
Fernando Pessoa

martes, 22 de febrero de 2011

¿Por dónde queda el mar?

Despegar...peu importe si es en un avión retrasado o desde un cañón que gira en todas direcciones. El color de las luces es lo único que cambia: amarillas o rojas. Y, voilà, despega y no parece que sea un aller-retour, parece más bien que vuela por encima de un cielo lleno de aceitunas de plástico. El puzzle, en ese río, tiene sentido. Aún no puede distinguir la figura que se forma porque está demasiado cerca, como en un cuadro impresionista, pero sí que entiende que las piezzas encajan.
En la ribera del Sena, una niña pelirroja se acuerda de Walter Blythe y lanza al agua una hoja que no está muerta. El barco vegetal va en sentido contrario a la corriente, y la niña comprende que peces multicolores la arrastran desde abajo. Peces luciérnagas que siguen los rastros de luz en la espuma porque, a pesar de la niebla, esta vez la luna sí que estaba tontamente llena. La hoja viva pasa por debajo de un puente anónimo porque esa noche los nombres de los puentes han dejado de tener importancia. Ni siquiera mañana la tendrán. Los nervios de la hoja, llenos de savia mojada, bailan un baile que es una mezcla de vals y de salsa, y la niña, celosa, se descalza y corre al otro lado del puente, pero no desde arriba, como siempre hizo, sino atravesándolo desde abajo. No tiene miedo; no le hace falta seguir la hoja con la mirada: sabe que le estará esperando al otro lado porque huele a un verde diferente al del río.
La hoja, muerta ya por el esfuerzo, no tiene nada más que decirle; resplandece frágilmente mientras la niña la lleva de nuevo a su regazo: una feuille morte como ella quería. Y, sentada debajo del puente que nunca tuvo nombre porque nunca lo necesitará, la acaricia suave, muy suavemente, porque está resfriada y se llama Laura, y hace mucho tiempo ya que tomó una decisión. "Cuánto hemos cambiado desde la última vez que te vi", le susurra nerviosa. "Je voudrais bien te manger".


Al día siguiente, la mañana la encontró en el quai, en un nuevo despertar de colores sin magdalenas. De colores importantes y definidos: rojo, azul, verde y amarillo. Et quoi d'autre?

2 comentarios:

Funny pictures dijo...

It is very good information. Thanks for sharing.

Eduardo dijo...

¿Ya no posteas?
Que lástima. Me ha gustado tu blog.
Si lees este cometnario, espero vuevlas a hacerlo.
Besos.

EDUARDO