"A vida é o que fazemos dela. As viagens são os viajantes. O que vemos, não é o que vemos, senão o que somos."
Fernando Pessoa

martes, 27 de septiembre de 2011

viernes, 23 de septiembre de 2011

Neutrinos

Un japonés discute en francés sobre el judaísmo con un árabe a los pies del Sacré-Coeur. Se escapa una frase: "Si en ese momento pensabas que creías en eso es porque creías en eso". Y una gran verdad me fue revelada: Si en ese nanosegundo pensé que era feliz es porque era feliz; si en ese microminuto pensé que podría matarle es porque podía matarle; si en ese instante borroso pensé que me gustaba la leche es porque me gustaba la leche. Ahora no me gusta, pero me gustó, aunque sea feliz, y aunque no quiera matar a nadie.
Aparte de eso, hoy han anunciado los científicos que en realidad no están seguros de la velocidad de los neutrinos: "En una prueba experimental, los neutrinos recorrieron una distancia de 720 kilómetros en un tiempo 60 nanosegundos más breve de lo que lo haría la luz. Si se confirma este experimento, sus conclusiones podrían invalidar una parte clave de la teoría de la relatividad que Albert Einstein enunció en 1905, que asegura que ninguna partícula puede viajar más rápido que la luz". Manda narices, ya no sabe una en qué apoyarse... como no sea quedándose un ratito al lado del japonés en un escalón. Tanta materia prima para hacer cosas bellas... y lo único que se nos ocurre es hacer cosas que sirven.

martes, 6 de septiembre de 2011

ROJO


Cera de queso, labios rajados, moulin, sangre, tomate, stop, inyección repleta, ojos después de la tormenta, lengua de serpiente, piruleta, corazón, pimiento, herida, bloody mary, picadura reciente, copa de vino, sentido prohibido, agua caliente, correcciones en papel, mermelada, esquina de parchís, rastro de un cuchillo sobre el dedo, rótulos de Pigalle, amapola de plástico, análisis, amapola del campo, sorbete de fresa, lápiz de labios, señal de alarma, incendio, luces de freno, manzana envenenada, fiebre alta, ocho, cereza, cuatro, bufanda de Aristides Bruant, rabia, bandera de China, Cruzcampo, escaparates de putas de Ámsterdam, mariquita, poisson rouge… y un vestido. EL ROJO. Fechas ROJAS e IMPOSIBLES.

La espuma de los días… ¿qué queda en la espuma de los días de alguien que cree que sabe flotar sólo porque aprendió a nadar? Algas, trozos de medusa, cápsulas de huevos de rayas, conchas rotas, embriones de tiburón, cristales de botella desgastados por la sal y convertidos en piedras preciosas en una época anterior al prosaico descubrimiento de que los cristales de botella son y serán siempre cristales de botella… Y no, nada de eso es rojo. Por eso es ligero. Los restos biodegradables de la espuma de los días no suelen pesar. Los que pesan son los rojos.

“No quiero que me necesites”, dijo subrayando en rojo. También pesan las palabras y los acrónimos, y los números en trozos de papel; los rectángulos acartonados con fechas imposibles. Fechas rojas. Resbalosas fechas imposibles con su peso sanguinolento en forma de lluvia roja de horas, de minutos, de segundos. Segundos rojos que desestructuran torres como si fueran aviones, levantando ráfagas de sangre. Fechas y sangre, y la interrogación más roja que sale de la pregunta que nunca tendrá respuesta porque, al igual que las cartas que no llegan son aquellas que no se escriben, las respuestas de las preguntas que no se pronuncian no existen. Y todos conocemos esas interrogaciones imposibles que se deshacen justo antes de nacer. Son interrogaciones-aborto. Interrogaciones  rojas, como las fechas.
Disculpen las molestias. Es que no sé si existen las continuaciones rojas. Y el rojo siempre fue o bueno o malo, nunca se quedó a medias.