"A vida é o que fazemos dela. As viagens são os viajantes. O que vemos, não é o que vemos, senão o que somos."
Fernando Pessoa

miércoles, 31 de octubre de 2007

Indignación


Hallándome hoy indignada, bastante indignada, extremadamente indignada, topé con este párrafo de José Antonio Marina con el que hago un doble guiño a un amigo mío:
“En castellano, la palabra indignación designa un sentimiento de furia desencadenado por la percepción de una situación injusta. El lector puede observar la complejidad de planos en que se mueve esta evaluación. Ante una situación injusta, el sentimiento adecuado es la indignación. Un sujeto puede no sentirla por varios motivos. Porque no perciba la injusticia, porque la perciba pero le sea indiferente, porque la perciba y se alegre del daño causado a la víctima. En el primer caso, hay ignorancia culpable, insensibilidad, falta de sentido de la justicia. En el segundo, se da una falta de compasión y honestidad en el carácter. En el tercero, emerge un sentimiento destructor: el odio. En todos ellos hay algo que se puede criticar en el sujeto. Y ese juicio negativo es posible porque pensamos que lo injusto puede ser objetivamente discernido y que el sentimiento que corresponde a lo injusto es la indignación.”

La Facultad de Comunicación de Sevilla no sabe hacer muchas cosas (casi todas las cosas) pero tiene una capacidad extraordinaria para provocar indignación. De ello se encarga toda una rama de funcionarios cuidadosamente seleccionados que logran, día tras día, semana tras semana, año tras año, con una constancia de hormiguita digna de admiración, sacar de sus casillas a la persona más calma y difícilmente indignable del mundo (que, por por otra parte, no soy yo).

Nadie está a salvo: da igual que quieras irte (o estés) de Erasmus, haciendo tu matrícula, pidiendo información básica o tratando de averiguar quién es la persona a la que, según su cargo chorra, le toca atenderte. En primer lugar, no están. En segundo lugar, no es él, es otro (otro que no está). En tercer lugar, no saben. Y lo peor es que, las tres cosas, son ciertas. Los pobres no tienen capacidad ni para mentir.
Podría escribir un post kilométrico pero voy a contenerme porque es tarde y me supongo que usted cenará a las nueve.

En mayo, el que era responsable de Relaciones Internacionales (llamémosle, Croma -de "cromañón", lo entenderíais si viéseis su foto) decidió dimitir. Ya hacía casi 9 meses que había elegido el cargo, había cobrado todo lo que tenía que cobrar y el mejor momento para retirarse y no tener que llevar a cabo las aburridas funciones que le correspondían era ése, justo cuando empieza el papeleo Erasmus. En mi espléndida Facultad aceptan su dimisión y no lo sustituyen. Total, ¿para qué? Tenemos un decano (no me da la gana escribirlo con mayúscula) que, salvando las distancias, es como Sarkozy: todo lo quiere abarcar. El problema es que el pobre no tiene ni puñetera idea de cómo hacer nada, salvo retocarse la barba. Durante los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre no hay nadie que pueda firmar nada, que pueda solucionar nada, que sepa algo.
Revisemos los cargos administrativos:

decano.
Secretario del decano.
Vicedecana de alumnos (dos).
Vicedecana de Innovación.
Vicedecana de Organización y Desarrollo Institucional.
Vicedecana de Relaciones Institucionales.
Vicedecano de Innovación Docente (este último es Croma, que se cambió a un puesto menos molesto y mucho más definido).

Imaginación para crear cargos vacíos con grandes sueldos no se les puede negar.

A mí, mi Facultad de Periodismo (en lo sucesivo, trataré de evitar el adjetivo posesivo "mi" junto a "facultad" porque me da vergüenza) me ha enviado a una Facultad de Ciencias Políticas en la que he tenido que quebrarme la cabeza para buscar asignaturas mínimamente parecidas (trabajo que, según la Universidad de Sevilla, no tendría que haber hecho yo sino Croma, el barbudo o vete tú a saber quién, pero el asunto Universidad de Sevilla da para otros veinte posts).

Desde que llegué a Francia he enviado trescientas veces el acuerdo de estudios (por correo, con papel y sellos, porque en el lugar donde todos los profesores hablan sin cansarse y sin variar el contenido- aunque varíe el año y el título de la asignatura- de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación no saben cómo manejar un fax) y he obtenido cero respuestas útiles y otras trescientas en la línea de la Facultad, es decir, indignantes. El vaso andaba ya desbordado desde hace meses, pero esta mañana han conseguido que el agua llegue hasta el Ródano cuando me han llamado para decirme que el acuerdo de estudios 301 no es válido, así lo ha decidido la "comisión" (momento en el que solté una sonora carcajada al imaginarme sentados alrededor de una mesa al Croma desperezándose cual orangután en la jaula, a la rubia secretaria del decano limándose las uñas, al querido Becario de Relaciones Internacionales leyendo el 20 Minutos mientras murmura "mmm, noséyodeso..." y al Ilustrísimo o Magnífico señor decano pegando palmas "no se preocupen ustedes que desto se encarga un servidor".

El motivo de que la Facultad haya decidido rumbosamente telefonearme a Francia y pagar una llamada internacional es el de decirme que hay otra asignatura más que no van a convalidarme (ya van cinco). La asignatura en cuestión se llama Técnicas y Procesos Audiovisuales. Queridos compañeros periodistas, ¿os suena de algo el programa?:

1. La información audiovisual. Elementos diferenciadores. Visión global de la información. Macrodiscurso-microdiscurso. Componentes expresivos y narrativos en los medios audiovisuales. Trabajo en equipo. Distintos componentes del equipo.
2. Radio y televisión como medios informativos. Orígenes, desarrollo y momentos actuales.
3. Análisis de los informativos de radio y televisión. Elaboración de los mismos. (qué les gusta decir eso) Modelos de informativos. Noticias, reportajes, documentales, entrevistas.
4. La escaleta. Orden y decisión. Tiempo y espacio como elementos de organización y narración. Cómo preparar un tema.
5. El lenguaje en los informativos audiovisuales. Cómo redactar para radio y televisión. El texto y la imagen. Su relación. El guión técnico. Coherencia entre texto, imagen y sonido. Distintos tratamientos de la información.
6. Elementos necesarios para elaborar la información audiovisual. Equipos. Su uso. Sus posibilidades. Fuentes específicas y documentación.
7. Grabación en televisión. Encuadre. Tipos de plano. Movimientos de cámara. Recursos. Entrevistas. Tipos de imágenes. Efectos electrónicos. Montaje. Tipos de montaje. Eliminar defectos. (¡¡¡Y esto!!! esto lo estudiamos tres veces por semestre)
8. La luz. La iluminación como elemento expresivo.
9. El sonido. El sonido como elemento expresivo. Micrófonos. Grabación y locución. Sonido principal y sonido ambiente. Músicas y efectos.
10. Análisis y valoración de los productos informativos en televisión.

Pues bien, para los que no lo sepan, es la quinta vez que damos una asignatura como ésta en lo que llevamos de carrera. La capacidad para poner distintos títulos al mismo contenido creo que es exclusiva de este magnífico centro del saber en el que sobran muchas, muchísimas personas que se hacen llamar profesores y faltan profesionales con conocimientos, interés y vocación de enseñar que se merezcan sus sueldos. De eso te das cuenta cuando asistes aquí a clases y ves a profesores explicando con pasión, sabiendo de lo que hablan, haciendo callar a todos y motivando a unos alumnos que aplauden a mitad de los discursos. Y yo avergonzada de decir de dónde vengo y de que sepan que arrastro conmigo la educación que arrastro.

Mañana tendré que hablar de nuevo con la amable y competente señorita responsable de Relaciones Internacionales de mi Facultad de Lyon, Linda Rauzada, que, una vez más, no dará crédito a sus ojos ni a sus oídos, y yo sólo podré agachar la cabeza y seguir preguntándome si éste será siempre el sino de los españolitos.

El otro día, uno de los componentes de lo que es una auténtica comisión de alumnos extranjeros aquí en Lyon me preguntó si yo estaría dispuesta a explicar a los alumnos que el año que viene hacen sus estudios fuera del país cómo funciona la Universidad de mi ciudad.

Mejor que no lo haga. Mejor, mejor, mejor.

martes, 30 de octubre de 2007

La ciudad del tebeo



No sé por qué, no me sorprende.

Tenemos el tranvía mas corto del mundo y el que ha tardado menos tiempo en descarrilar, no hay quien nos quite el récord Guinness.

"El Metrocentro de Sevilla descarrila 78 horas después de abrirse al público.

El Metrocentro de Sevilla, tranvía que recorre el centro de la ciudad, descarriló hoy 78 horas después de que se abriera al público sin que, al parecer, se produjeran heridos. El accidente ocurrió en la Avenida de la Constitución, frente al Archivo de Indias, donde las primeras unidades del tren han quedado desplazadas cinco metros de sus vías.Testigos presenciales dijeron a Efe que el accidente se produjo al realizar el maquinista un frenazo y posterior marcha atrás, mientras que un portavoz de Tussam, empresa municipal explotadora del servicio, achacó a una falta de energía eléctrica los motivos del descarrilamiento. El Ayuntamiento de Sevilla ha desplazado una grúa que colocará al tren sobre sus carriles, mientras que decenas de personas contemplan el primer accidente del Metrocentro." Que no el último.

Pues eso, que, como ya andan por ahí diciendo, a ver quién es el guapo que coge el metro para cruzar el río.

lunes, 29 de octubre de 2007

Internet malo, periodistas buenos


El presidente del Senado, Javi Rojo, ha hablado. La agencia Efe lo titula así:
Javier Rojo alerta del desprestigio por informaciones no veraces en Internet.

La frasecita -bastante conseguida- tuvo lugar el pasado día 26 de octubre en el segundo Congreso Mundial de Agencias de Noticias de Difusión.
Podéis seguir leyendo:

”Rojo ha apostado por profundizar para que la profesión periodística continúe con su compromiso social – espero que vosotros entendáis esta frase, por cierto, no atribuible al pobre Rojo, a ver si ahora se lo va a cargar él todo- , "aunque en ocasiones se quiera transformar en espectáculos de entretenimiento en los que la información deja mucho que desear". Ha asegurado que corren "tiempos apasionantes para la información, pero también para la desinformación, la confusión y la manipulación", ya que, según ha dicho, "el uso generalizado de Internet ha permitido un nuevo y potente canal de información, que no en pocas ocasiones incumple el deber de ofrecer informaciones veraces y contrastadas". – Uf, qué película tiene montada en la cabeza, madre mía.
En este sentido, ha añadido que con ello "pretenden elevar a categoría de noticias rumores muchas veces interesados y maniobras para desprestigiar a personas o empresas (¡Acabáramos!...) en una práctica que consigue desprestigiar a una profesión que no lo merece". Ei, esto sí que está currao.

Aquí la nota de prensa de Efe sigue relatando el bonito discurso del señor Rojo; lo omito porque no viene al caso. Para finalizar: El presidente de la cámara alta se ha referido a la peligrosidad que en ocasiones plantea el trabajo periodístico y a la mala remuneración de estos profesionales.
Esto tampoco viene al caso, pero me parecía interesante.

Bueno, la notita de prensa se las trae (
http://www.hoytecnologia.com/noticias/presidente-Senado-Javier-Rojo/29576, para quien quiera) pero lo interesante es seguir el discurso de un señor que, sin duda, sabe de lo que está hablando:

http://www.elpais.com/articulo/internet/Javier/Rojo/Hay/educar/ninos/maquina/elpfot/20060528elpepunet_1/Tes

Extracto:
El despacho de Javier Rojo (Pamplona, 1949) en el Senado no revela que sea un aficionado a la tecnología. Y así es. El presidente de la Cámara Baja española confiesa que ha visto un iPod, pero que “ni idea”. Javier Rojo se observa como de “otra generación” en asuntos tecnológicos.
Tampoco utiliza en exceso Internet. “No entro mucho”, dice Javier Rojo. El ex dirigente del vasco del PSOE entra en la Red, sobre todo, para leer el correo electrónico en el trabajo. Eso sí, luego, “hay que desconectar”, matiza.

¿Alguien tiene algo que opinar? No temáis, cualquiera puede hacerlo.

domingo, 28 de octubre de 2007

Mon Amant de Saint Jean


Saint Jean es un barrio del Vieux Lyon que toma su nombre de la Catedral de Saint Jean. Sus callecitas estrechas con suelo de adoquines, por las que paseaba esta mañana, acogen de vez en cuando a algunas bandas de músicos espontáneos que, con clarinetes, saxos, trompetas o harmónicas, interpretan quelques chansons françaises de todos los tiempos. Hoy eran dos guitarras y un acordeón en manos de tres jóvenes musiciennes las que iban tejiendo las notas de Mon Amant de Saint Jean, que habla de un amante que, quizá, se escondía de las miradas inoportunas por los rincones de este barrio de Saint Jean de Lyon. Echadle un vistazo a la versión de Patrick Brüel. La canción original la narraba la protagonista de la historia pero Patrick Brüel prefirió cantarla en tercera persona. Y es que, cuando se trata de asuntos tan delicados, es mejor escribir como si la cosa no fuera con uno.
La valse française...

http://www.dailymotion.com/relevance/search/patrick+bruel+++amant+de+st+jean/video/xfv86_patrick-bruel-mon-amant-de-st-jean

Je ne sais pourquoi elle allait danser
à Saint Jean au musette
mais quand ce gars lui a pris un baiser
elle frissonnait, était chipée

Refrain 1
Comment ne pas perdre la tête
serré par des bras audacieux
car l'on croit toujours
aux doux mots d'amour
quand ils sont dits avec les yeux

Refrain 2
Elle qui l'aimait tant
elle le trouvait le plus beau
de Saint Jean
elle restait grisée
sans volonté
sous ses baisers

Sans plus réfléchir, elle lui donnait
le meilleur de son être
beau parleur chaque fois
qu'il mentait
elle le savait, mais elle l'aimait

Refrain 1
Refrain 2

Mais hélas,
à Saint Jean comme ailleurs
un serment n'est qu'un leurre
elle était folle de croire au bonheur
et de vouloir garder son coeur

Refrain 1

Elle qui l'aimait tant,
elle le trouvait
le plus beau de Saint Jean,
elle restait grisée
sans volonté
sous ses baisers
Elle qui l'aimait tant...
Il ne l'aime plus
c'est du passé
n'en parlons plus

PENDAISON DE CREMAILLERE ou Organiser une fête quand on change de maison.












“Me han invitado a otra cremallera”: una de las frases más repetidas de un español en Francia. ¿Que qué significa? Con cero grados y un viento nocturno que pinta de rojo nariz y orejas, las botellonas son algo perjudiciales para la salud por estos lares. La solución es hacer una crémaillère o cremallera, en la versión castellanizada del término. Una cremallera es una fiesta que se organiza cada vez que alguien se muda de casa o va a vivir por primera vez en un appart, para que los vecinos se enteren de que la temporada de juergas queda inaugurada. Increíblemente, cada fin de semana alguien estrena una nueva morada. No falla, los franceses son nómadas por naturaleza. Le dernier weekend tuve el placer de asistir a dos de ellas y, entre copa y copa de Cotes de Rhone, un lyonés de pura cepa me explicó amablemente el origen de la palabra (gracias Briss). La expresión completa es « pendaison de crémaillère ». « Prendre la crémaillère » significa « colgar el fogón » y hace referencia a una tradición medieval. Una crémaillère es un antiguo recipiente donde se colocaba una olla (como la marmita donde Obélix se cayó cuando era pequeño) para hacer de comer. La crémaillère pendía sobre el fuego de la chimenea (¿os acordáis de dónde cocinaba el abuelo de Heidi ?), y se acercaba o se alejaba de la candela en función de si se querían cocer más o menos los alimentos. La crémaillère era la última cosa que se instalaba en la casa, por lo que los futuros habitantes de la maison no podían comer allí hasta que no tenían colocado el aparatito, y, una vez que esto sucedía, era costumbre invitar a manger a todas las personas que habían contribuido en la construcción del dulce hogar, así como a los consabidos amigos y familiares que sólo hacen acto de presencia en este tipo de eventos. Hoy en día, la cosa se ha desmadrado y que haya o no chimenea es lo de menos. Lo importante es que haya algún gateau de chocolate, un poco de pan y queso y, eso sí, mucho vino.
Sin saber cómo, no es extraño que a las tantas de la madrugada te veas envuelto en conversaciones de índole política, lingüística o medioambiental y sostengas extraños razonamientos extraídos, sin duda, de alguna copa de más. Del mismo modo, es igualmente probable que empieces a relatar animadamente alguna historia en francés, prosigas con el inglés y terminas soltando algún « miarma » (próximamente, un « no me chingues, güey ») mientras un italiano te mira con cara extraña. O que le pidas la opinión a un polaco con la fórmula « ¿Y qué pensás vos ? ». Eso ocurre cuando los departamentos linguïsticos que uno tiene dentro de la cabeza comienzan a mezclarse unos con otros cual aliño de ensalada, fenómeno que tiene su cota más alta de incidencia sobre las cuatro de la mañana. No importa, al final la mayor parte de los habitantes del planeta son capaz de unirse musicalmente cuando, en un descanso de esa música House que tanto les gusta a los franceses, hasta el más alemán baila La Camisa Negra, o todos comienzan a tararear (cada uno con sus limitaciones) aquella canción de Joe Cocker de la serie Aquellos maravillosos años. Pues eso, como éste.

What would you do if I sang out of tune,
Would you stand up and walk out on me?
Lend me your ears and I'll sing you a song
And I'll try not to sing out of key...

viernes, 26 de octubre de 2007

Reflexiones de una espangüin


Hoy un niño no me ha entendido. Iba andando por la calle y un francesillo de unos 6 años me embistió por detrás con su minibici y cayó al suelo. Le ayudé a levantarse mientras le preguntaba “tu es bien?”, “tu es bien?”, y le daba su gorra que había rodado por la acera, pero el niño me miraba como quien tiene delante a un chino hablando en mandarín. No sólo no me entendió sino que se fue asustado y volviendo la cabeza hacia atrás mientras se alejaba para asegurarse de que no le seguía. Me quedé reflexionando. Algo falla si después de tres horas, 180 minutos, de charla incesante sobre Economie Politique no soy capaz de completar satisfactoriamente el circuito comunicacional emisor-mensaje-receptor con un moco de seis años (en el sentido cariñoso del término).

Pero...


Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

(Calderón de la Barca)


Efectivamente, voilà que continúo mi camino y diviso a lo lejos a una femme hablando a algo que tiene entre sus manos. Un nuevo tipo de manos libres, me digo. Pero no, la mujer mantenía una conversación serieuse con un hámster blanco y rosado. Me sentí mejor. Ahhh, esto sí que es un país europeo. La gente charla con los ratones, los ejecutivos van al trabajo en patinete y todos los domingos una multitud de franceses se lanza a la calle a comprar cientos de ramos de flores. Es fácil, en cada esquina de cualquier calle hay una floristería y una farmacia. ¿Qué más puede necesitar un domingo un franchute? A propósito de “franchute”, también ellos tienen una palabra para nosotros: somos los “espanguin”, que es una mezcla entre español y pingüino. El porqué de la conexión no lo he descubierto aún. De todos modos, los espanguin no tenemos mucha importancia aquí: en la Basílica de la Fourvière, uno de los monumentos más célebres de Lyon, hay banderas de casi cada país del mundo mundial y carteles de bienvenida en todos los idiomas (y cuando digo “todos” quiero decir “todos” –léase, ¡colombiano!-) excepto en español. Y en el supermercado, en el ascensor, en la oficina de correos, en la tienda de “presse”… cada vez que entiendan que no eres francesa siempre estarán dispuestos a soltarte un sorry (“soggy”), un thank you o un bye. Y no tiene sentido que les digas que no eres anglosajona; te hablarán en italiano. Aunque ser española tiene sus ventajas: la otra noche, mientras me zampaba un cartucho de patatas fritas pringadísimas de aceite de no-sé-qué-pero-de-oliva-no-era en un antro de esos de non stop acompañada de una tropa de English people, un curioso individuo entró y cuando escuchó hablar inglés se abalanzó sobre mis friends y me dejó en paz. El tipo nos confesó que era un espía envíado por los EEUU para controlar a los iraníes de Francia, y nos hizo prometer que lo mantendríamos en secreto. Como vio que éramos gente de fiar, reveló la “auténtica verdad del 11-S”: Bush y Bin Laden habían cenado juntos la noche anterior, y todo había sido un montaje planeado por la alianza América-Oriente Próximo. Para más información, tendríamos que ir a su casa: vive en un submarino amarillo en el fondo de la Saône (el más pequeño de los dos ríos que atraviesan Lyon). Lástima que no hayamos podido conocer el final de la historia: el nada sympa encargado del bareto puso de patitas en la calle al francés-americano. Algún día iré a visitarlo, aunque no sé si me abrirá la puerta de su submarino. Al fin y al cabo, sólo soy española…

miércoles, 24 de octubre de 2007

Vuelo

Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otros como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir: apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.

(Miguel Hernández)

martes, 23 de octubre de 2007

Los tectónicos

Una nueva tendencia ha nacido aquí en tierras galas: la Tecktonic.
Si vives en alguna ciudad de Francia hay un 99,9 % de posibilidades de que te hayas cruzado con algunos de estos seres. Se trata de jóvenes vestidos con ropas negras y accesorios de colores fluorescentes (zapatillas de deporte rosa brillantes con cordones amarillos-daña-vista) que sacuden sus brazos como si tuviesen cada poro de su piel lleno de pequeñas pulgas. El peinado no tiene nada de novedoso: una especie de cresta que recorre la cabeza en su parte central de la nuca a la frente. Se hacen llamar los tecktoniciens. La música de la que se valen para acompañar sus extraños movimientos recuerda a veces al sonido de los videojuegos de Super Mario Bros, quizá con la diferencia de que, a los tres minutos, ça suffit, vraiment.
Según la definición de Wikipedia, es un baile de movimientos atípicos inspirado en diversas danzas Electro y hip hop, adaptado al ritmo de la Techno belga y de la música Hardstyle. Je, je. Parece ser que la cosa empezó en el año 2000, cuando una discoteca de cerca de París empezó a hacer fiestas llamadas Tecktonic Killer (da un poco de susto). Tuvieron tanto éxito que apareció en el mercado una marca de bebida energética y una línea de ropa con ese nombre. El tipo de baile se fue popularizando poco a poco por todo el país, y desde hace un par de años ha cruzado las fronteras y se extiende por tierras europeas.
Aquí en Lyon suelen reunirse en la Place Bellecour, especialmente l’apres midi (a partir de la una de la tarde) y en algunos otros sitios céntricos. En ocasiones bailan sin música, visión que verdaderamente te pone la piel de gallina. Otras veces, bailan escuchando la melodía de su propio teléfono móvil con el aparato en la oreja. Cualquier tipo de comentario aquí sobraría. Y lo juro, por más increíble que parezca, no beben ni se meten coca antes de lanzarse a sacudir piernas y brazos.
Para más información: http://www.tecktonik-music.com/. Si te unes al club, podrás participar en el sorteo de diez cursos de danza Tecktonic y cinco cortes de pelo. ¡Suerte!

viernes, 19 de octubre de 2007

El triunfo de Sarkozy

Al parecer llevaban varias semanas rumoreándolo (y los periodistas rara vez se equivocan), pero no fue hasta el pasado jueves que el Elíseo lo confirmó oficialmente: la Primera Dama ya no es más Primera Dama. Los periódicos franceses hablan de "el primer divorciado electo en el Elíseo” o “el primer Jefe de Estado francés que se separa oficialmente de su esposa durante su mandato”. También podrían decir que es el primero en llevar una corbata azul durante un discurso en Grenoble cuando hace sol o el primero que se sube a un yate a las tres de la tarde después de haber comido un crepe (estos periodistas es que son la leche). En fin, volviendo al tema, ¡que se han divorciao! . Según el comunicado ha sido por mutuo acuerdo. Y menos mal, porque, en el supuesto contrario, si Nicolas Sarkozy no hubiese querido conceder el divorcio a su Cecilia, ésta hubiese tenido que permanecer a su lado para siempre, teniendo en cuenta la inmunidad judicial que la Constitución Francesa concede al Presidente de la República. Es cierto, Nico nunca podría haber perdido el juicio. Pero este supuesto parece poco probable habida cuenta de algunas declaraciones que Sarkozy hizo recientemente a los journalistes: "Mon seul problème, au fond, c'est Cécilia", je, je.

Pobre Sarkozy, y encima, ella, llevándose todo el protagonismo. Los periódicos no son justos, sólo hablan de la decisión de la ex primera dama: “ya lo he intentado todo”, dice, “conocí a otra persona hace dos años y me enamoré”. Pero luego volvió a Sarko para intentar reconstruir le mariage. “Ahhhh”, dicen ahora los franchutes, “por eso no fue a votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y nosotros creyendo que había algún desacuerdo en algún punto concreto del programa político…”
Y es que, según ha confesado estos días a los medios, no se sentía muy bien en el Palacio del Elíseo, no encontraba su lugar. Es que es muy dulce. He aquí una bonita reflexión que ha regalado a la prensa francesa: “Siendo niña, cada vez que terminaba un dibujo, volvía la página y empezaba otro. Ahora he cogido mis pinceles para pintar una nueva historia”… mmm, ¿no será ella la que le hace los discursos a Bush?

Sin embargo, los journaux franceses están muy preocupados porque parece que no ha habido ningún comentario más por parte del Elíseo. Ayer, un periodista de Le Monde preguntó por el tema y el presi se enfadó: “Los franceses me han elegido para trabajar, trabajar y trabajar aún más. Los franceses no me piden que comente nada, eso no les interesa. Y además puede que tengan más pudor que usted y más discreción, y un poco más de elegancia”. Paralelamente, su ex mujer concedía a un semanario francés una larga entrevista sobre sus asuntos (ex) maritales, y la revista Elle va a adelantar su publicación para poder llevar mañana a los quioscos franceses un exclusivo reportaje de Cecilia. Si es que el divorcio se veía venir…

"Il est temps qu'on sorte de la pipolisation de la vie politique", ha declarado solemnemente Benoît Hamon, un eurodiputado socialista. Pues eso, pero vamos, que para algo divertido que hacen…

En la foto, por cierto, se aprecia el pesar del presi.

George W Bush and Andy Dick

He aquí un vídeo que nos hace plantearnos de nuevo de dónde venimos, hacia dónde vamos, o cuál será la inagotable fuente de la que nuestros más altos cargos obtienen sus brillantes ideas: los objetivos del milenio, los tubos de pasta de dientes, las Leyes de Educación,… No me creo que todos tengan en su casa un portero, algo se nos escapa…

La mejor parte, sin duda:

“I believe that human being and fish can coexist peacefully”

Voilá le video.

martes, 16 de octubre de 2007

¿Se pueden comer las buenas intenciones?


El derecho a la alimentación es un derecho humano inherente a toda mujer, hombre, niña o niño, independientemente de dónde vivan en el planeta.

Hoy es el Día Mundial de la Alimentación, dice la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO en inglés). El tema de este año es el “Derecho a la Alimentación”. Pero, a pesar de las declaraciones de buenas intenciones, según las últimas estimaciones de la FAO, 854 millones de personas pasan hambre actualmente en el mundo. De entre ellos, 820 millones viven en países en vías de desarrollo. Y lo cierto es que el planeta en que vivimos podría fácilmente alimentar a toda la población. ¿Hay una conciencia colectiva de todo este desajuste? No, es verdad que no podríamos ir todos los días a la facultad o a trabajar con ese peso sobre nosotros. Hace falta olvidar pero, en días como hoy, y de vez en cuando, hace falta recordar.
No muy lejos de aquí, en París, en el año 1948 se reconoció por primera vez el derecho a la alimentación en la famosa Declaración Universal de los Derechos Humanos del Hombre. Por un lado, parece sorprendente que hasta mediados del siglo XX a nadie se le ocurriese garantizar ese derecho tan básico, pero por otro lado, ¿y qué, qué pasa con reconocerlo? Pues durante varios años dejaron al derecho hibernando. No fue hasta 1966 que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Ese pacto ha sido ratificado hasta ahora por 156 países, pero ¿cómo se materializa esto? Hace sólo cinco años que los Estados decidieron comenzar a tomar medidas, de manera voluntaria, para concretar este derecho a la alimentación. El resultado fue un texto que pone por primera vez de acuerdo a toda la comunidad internacional sobre la necesidad de pasar de un estado de reconocimiento del derecho a una puesta en práctica efectiva y real. Pero, ¿ha mejorado verdaderamente la situación? ¿Esos 854 millones de personas que no están suficientemente alimentadas podrán esperar, por ejemplo, a 2015, fecha elegida por los Objetivos del Milenio para reducir el hambre a la mitad?
Según puede leerse hoy en Le Monde Diplomatique, por Derecho a la alimentación se entiende el derecho de todo ser humano a acceder de forma regular a una alimentación suficiente, adecuada en el plano nutricional y culturalmente aceptable. Es decir, que se trata del derecho que tiene todo individuo a alimentarse dignamente, más que a ser alimentado. Lo que cambia el texto pactado en 2004 es que el individuo ya no es un destinatario de la caridad ajena, sino una persona que tiene el derecho a beneficiarse de un entorno que le permita nutrirse convenientemente. Pero, ¿quiénes si no los Estados tienen que encargarse de llevar a la práctica todas estas políticas tan fácilmente escritas? Teniendo en cuenta que el 70% de las personas que pasan hambre pertenecen al mundo rural, ¿por qué no invertir en el medio agrícola de los países en desarrollo?. Por supuesto, no tengo ni la más remota idea de cuáles podrían ser las soluciones, pero a veces nos agotan con tanta retórica. Volvería fácilmente a caer otra vez en ese lugar común de que es mejor dar cañas para pescar que pescados y tal, pero no lo haré por respeto a toda esa gran parte de la población que no verá un pescado en su vida.

lunes, 15 de octubre de 2007

Perdieron los bleus


Nueve menos cuarto de la noche de un sábado en Lyon, Place Bellecour (la plaza cerrada a los coches más grande de Europa). Más de dos mil personas con las caras pintadas se amontonan unas contra otras. ¿Son indios? ¿Un concierto de Alejandro Sanz? ¿Una macrobotellona sevillana recién importada? Noooo, es el RUGBY, ese deporte que nos es tan ajeno a los españoles y que por estas latitudes despierta más pasiones que un derbi Sevilla-Betis.
A esa hora no cabe ya ni un alfiler, todos los que quisieron conseguir un buen sitio para regarder le match tuvieron que pillar el metro con dos horas de antelación, y.
Las miradas, mucho antes de que comience el partido, permanecen fijas en la enorme pantalla de 10 metros de anchura dispuesta delante de la estatua de Luís XIV. En medio de todo el jaleo (la foule), una improvisada banda de música toca las primeras notas de la Marsellesa. La respuesta que recibe es instantánea: toda la plaza comienza a entonar el himno nacional (bueno, no toda, yo sólo me sé aquello de “Les enfants de la patriiiiiee…”) al tiempo que decenas de banderas francesas ondean en el frío viento lionés. Sí, ya sé que parece como si fuesen a ir al campo de batalla pero, qué queréis, yo sólo cuento lo que vi, como buena futura periodista objetiva.
Cuando comienza el partido, una osada jovencita inglesa subida a los hombros de otro, supongo, anglosajón, anima a su equipo con una bandera blanca y roja. Evidentemente, los abucheos no tardan en llegar, pero ella resiste en las alturas al menos diez minutos más. Y aún hay quien cree que los ingleses no son atrevidos.
El rugby es, en fin, un deporte del que prácticamente desconocía todo hasta que llegué a Francia. Ahora no sé mucho más, he aprendido que está permitido que los 30 jugadores que hay sobre el césped se den golpes los unos a los otros con la cabeza, los hombros, etc., y que, efectivamente, no es que todos usen blanqueador dental sino que se protegen su boca con unas ridículas funditas. Eso sí, el que verdaderamente me encantó fue un jugador francés de larga barba y cabellera llamado Chabal, que viene a ser algo así como un Obelix del siglo XXI. Todo un héroe por estas tierras.
La conclusión fue que, desafortunadamente, y a pesar del empeño de todos los franchutes allí reunidos, los “bleus” se quedaron fuera de la final al perder un partido en el que (dicen) todo el mundo jugó assez mal. Una tragedia nacional, como me comentó un amigo hace algunos días. Pero para mí, que, al fin y al cabo, no soy aún francesa, y que (todo hay que decirlo), más que a la pantalla, prefería mirar las expresiones y gestos de los francesillos, no estuvo nada mal, especialmente para ser el primer partido de algo que veo entero en mi vida.

El sabor de las palabras


Hay palabras que existen sólo para ser oídas y saboreadas, que pierden todo el jugo cuando quedan fijadas en un papel o en la pantalla de un ordenador. La boca se hace agua y uno sólo quiere repetirlas continuamente, una y otra vez, hasta que pierden el sentido: pamplemús, pamplemús, pamplemús…
Un pamplemousse, en Francia, es un pomelo: amargo y de color naranja, pero que casi siempre se toma con azúcar.
Cuando lo escuché por primera vez de los labios del frutero del supermercado al que siempre voy a comprar aquí en Lyon (yo le señalaba las naranjas pero el monsieur, ni caso), la palabra llegó flotando hasta donde yo estaba, atravesó mis conductos auditivos y se me quedó dentro danzando como una pompa de jabón de color anaranjado. Tuve que comprarlos.
Al llegar a casa, el encanto de la palabra desapareció cuando sentí en la lengua el sabor agrio y áspero de aquella fruta, pero mi compañera de piso inglesa no tardó en enseñarme a comerlos: lo partió con destreza en dos mitades y espolvoreó con azúcar cada una de ellas. Fue entonces cuando descubrí que a las cosas amargas, a veces, basta con echarles un poco de almíbar. Tantas cosas que estoy aprendiendo en Francia sin ir a la universidad…
La vie en orange…

Pensad en alguna palabra cuyo sonido os haya hecho sonreír más de dos veces