"A vida é o que fazemos dela. As viagens são os viajantes. O que vemos, não é o que vemos, senão o que somos."
Fernando Pessoa

martes, 7 de junio de 2011

Como en las guerras, no se sabe quién ganó...

- ¿Recuerdas aquel verano? -dijo él.

Ella mojaba galletas como quien sumerge recuerdos, que vuelven a salir a la superficie, sí, pero más blandos, deformados, más fáciles de tragar, aunque infinitamente menos apetecibles: -Mmmsí.

-Yo tenía sueño, y tú calor.

En la ola de leche con mijagas la vio: esa ola de calor que no sólo invadió la ciudad, sino también el periódico, el río, su esquina (la de él), su sábana (la de ella) y mis oídos.

-Y también a mí, a ti y a ella- eso lo dijo en voz alta.

- ¿Decías? -dijo él.

- Sensateces desincronizadas.

- ¿Decías? -repitió -y eso que él nunca repetía.

- Que añoro aquello que logró encender las farolas.

- ¿Decías? -volvió a decir, irreconocible.

- Que ahora tengo que irme, porque aún no he logrado ver bien de qué color es la luna, y ya sabes lo importante que son los colores. Antes no sabía que las ortigas picaban. Quizá en una de estas tardes que nos encontremos, acaso en la última, yo ya habré visto el color de la luna, y quizás, sólo quizás, a ti aún te quede algún ramo... de otra cosa.

- Eres abrazable- dijo él, mientras pensaba realmente otra cosa.

- "Eres abrazable", pensó ella, y dijo: -Ahora tengo que irme.

Desafortunadamente, nunca tuvieron relojes.