"A vida é o que fazemos dela. As viagens são os viajantes. O que vemos, não é o que vemos, senão o que somos."
Fernando Pessoa

lunes, 10 de diciembre de 2007

Voyeuse

Es rubia o, al menos, su cabello no es demasiado oscuro. Tiene una estantería con libros, un gato, un equipo de música en el que se debe escuchar bastante bien a Gainsbourg y una mesa con revistas y papeles aún más desordenada que la mía. También tiene una maceta enorme y un marco que le pone límite a un rostro en blanco y negro.
Le gusta regar su planta y manosear las hojas hacia adelante y hacia atrás, como si estuviera acariciando a un gato. Pero al gato no lo toca nunca. Le gusta comer el helado que venden en tarrinas grandes con una cuchara pequeña. También le gusta apoyar la frente contra el cristal de la ventana, sobre todo cuando llueve (en esta última semana ha tenido sin duda el escenario perfecto).

Le da igual que las manecillas del reloj (no sé si será digital o no, pero prefiero imaginármelo con agujas) le avisen de que es minuit, las cinco de la madrugada o las siete de la mañana: su lámpara siempre está encendida. Sin embargo, desde hace varios días me tenía un poco inquieta: la habitación ha permanecido completamente a oscuras, incluso de noche. Y, paradójicamente, este fin de semana cada rincón de Lyon se ha iluminado con miles de luces de colores en su Fête de la Lumière.

Heuresement, ya he comprobado (con alivio) que no se me ha mudado la única persona del bloque que no parece extremadamente francesa, con esa mala costumbre que tienen de dormir cuando no hay sol. Ayer noche volvió a hacerse la luz: ella tenía, como siempre, la frente apoyada en el vidrio, pero también tenía unos brazos que le salían alrededor de la cintura y una cabeza semiasomándose por encima de su hombro.

Mi vecina ha conocido a alguien. Yo me alegro sobre todo por su gato, que ha pasado de ser ignorado a ser un receptor de múltiples caricias (la vida es injusta con los animales).

Ella vive, como yo, en un piso 16, y nuestros bloques forman algo así como un ángulo recto.

Intuyo que nos observamos mutuamente.

Pero qué habrá visto ella, eso ya es otra historia...
Por cierto, en Francia, las ventanas no tienen cortinas, y en la Fête de la Lumière, la gente coloca velas encendidas en los alféizares de las ventanas.

2 comentarios:

Marta dijo...

Gato Risón: Ah por cierto, si buscabas un conejo blanco, se fue por ahi
Alicia: ¿de veras?
Gato Risón: ¿De veras qué?
Alicia: Que se fue
Gato Risón: ¿Quien?
Alicia: El conejo...
Gato Risón: ¿Cuál conejo?
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Sombrerero Loco (a Alicia): Cuentanos tu historia
Liebre: Siiii, comienza por el comienzo
Sombrerero Loco: Si, y cuando termines de hablar... te callas ¿eh?

:) Dos trocitos más del País de las Maravillas para tu blog. Nos vemos pronto. Un beso:
MARTA

Anónimo dijo...

De lejos, la mejor entrada hasta el momento.Esto ya se va pareciendo más a lo que esperábamos quienes sabemos de las dimensiones de tu masa encefálica.

Aunque el verdadero motivo de celebración es que ya hemos perdido de vista a las dichosas gambitas.

Eso sí, imperdonable que en el post anterior no incluyeses ninguna foto de cierta librería...